miércoles, 10 de noviembre de 2010

Y qué diablos le voy hacer...

El domingo en la tarde un profesor de gran inteligencia y tenacidad me hizo una pregunta que me ha mantenido pensando los últimos dos días…

¿Qué es el amor?

¿Es un proceso fisiológico o meramente mental?

¿Es eterno o esporádico?

Por mi experiencia (que no ha sido muy basta, pero si muy colorida) pienso que definitivamente ocurren cambios fisiológicos cuando te enamoras… un frio invade tu espalda al sentir la llegada inminente del amado, las manos te sudan, se perla tu frente, se seca tu boca, el corazón late a son de trote, tu mirada se torna suave y delicada, y una sonrisa secuestra tu boca.

Por otra parte el amor también constituye un proceso mental… tendemos a idealizar al amado, le asignamos características que solo tú eres capaz de ver, manipulas, excusas y hasta disfrazas sus faltas, te imaginas un futuro a su lado y sacas a pasear tu sueños de boda, desde el color, la copa y hasta el mantel.

Sobre su eternidad, tengo algunos matices…

“Las relaciones duran hasta que una de las partes no quiera su continuidad”. Se puede amar con locura, devoción, respeto e idolatría y aun así en muchas ocasiones termina. Se puede amar con demasía, y en la convivencia de pareja no entenderse, no tolerarse, no aceptarse. Se puede amar por 25 años y un día cada uno tomo su maleta, guardo sus recuerdos, besaron sus labios y continuaron bailando el tango, pero esta vez en soledad.

A veces si…. A veces no…. Supongo que es cuestión de suerte!

Así que con mucho respeto querido lector, pero no puedo expresarlo de otra manera, simplemente porque así lo sentí y aprendí “que no debo pasar juicios por las cosas que siento”…

No tengo ni puta idea de lo que es el amor… y no busco entenderlo… solo quiero que algún día toque mi rinconcito de cristal, me regale unos zapatitos rojos y me invite a bailar…

Y filosofando sobre la vida, sus amores y sus excesos….

Es así como nació esto…

Y qué diablos le voy hacer...


Es volátil, impredecible y fútil,
A veces torpe, decadente y hostil,
Es terco, masoquista, y se tiñe de gris.

Es impaciente, e indeciso,
Necio e histérico,
Sufre de bipolaridad crónica
Y se asfixia cuando le roban un beso.

A veces sufre de asma,
Por no dejar que los sentimientos salgan,
Y otras de bronquitis, por querer bailar desnudo.

Tiene mil cicatrices que no han sanado,
Y otras mil que aun no lo encuentran
pero lo andan buscando.

Se cierra por meses, obstinado y resentido…
Pero ante una mirada profunda y tierna, agarra sus zapatitos de tacón
Y vuelve a salir a Sol.


Jura no volver amar, y se encierra en gavetita de cristal,
Esperando a esos brazos que quieran tomarlo entre sus manos
Y llevarlo a pasear.

Dice 100 veces, NO
Y se traga 1,000 veces los, SI
Pero es que aun no ha llegado ese alguien
“que atormente su pasión hasta dejarlo sin aire”.

A veces recuerda momentos
Que duraron lo que un pestañeo,
Pero puede olvidar relaciones de años
Y causar un profundo daño.

Le encanta ahogarse en el vino,
Para poder nadar en recuerdos,
Por que dice que sus mejores versos
Nacen cuando esta borracho y desnudo.

Hace tiempo que camina en soledad,
Porque dice que la próxima vez que se arriesgue,
Será con ese que sepa que es por siempre…

Ay! Este corazón mío… y qué diablos le voy hacer,
Si al fin y al cabo solo es humano…

lunes, 4 de octubre de 2010

Layla...

El amor es un rayo de luz indirecta
una gota de paz, una fe que despierta,
un zumbido en el aire, un punto en la niebla
un perfil, una sombra, una pausa, una espera.

Y el amor desbarata tus grandes ideas,
te destroza, te rompe, te parte, te quiebra.
y te hace ese que tu no quisieras
y te empuja a la nada y te deja hecho MIERDA.

Yolandita Monge

Y tarareando tan real afirmación…

Es así como nació esto… (aquí les dejo mi primer cuento)


Layla...

Era un día luminoso… donde las nubes blancas se dibujan en el cielo, las gaviotas juegan entre cúmulos y una brisa fresca bailaba en su pelo.

La india Layla se tendía sobre la yerba y jugaba a contar mariposas mientras soñaba con el regreso de su amado Urayoan posándole un beso en sus labios. Ese fue el día en cual la inocente Layla conoció la dualidad del deseo, la indecisión humana y la arrolladora sensación de impotencia, cuando el amor se te divide en las manos…

Su isla había sido conquistada por colonizadores españoles, ese día a su tierra llego Fraile Lemuel, era un joven sacerdote el cual ayudar al prójimo era su motivo de existencia, su norte…

El mundo de Lemuel pauso por un segundo y el silencio enmudeció su mente cuando sus ojos se perdieron en la profundidad oscura y brillante que había en los ojos de Layla.

Se conocieron cuando llego a predicar en se tribu, su piel desnuda, color bronce, sus labios anchos, carnoso, su pelo negro, lacio, largo, sus pómulos marcados, sus ojos negros y su blanca sonrisa llena de inocencia, conquistaron su alma. Pero su promesa de castidad absoluta y su total devoción hacia el Señor y respeto a su prójimo, mantenían ese sentimiento latente pero preso en el alma, arrullado en el cobijo de al menos verla reír cada día.

Layla creía que Lemuel era un Dios que bajo de las nubes, su blanca piel, sus ojos azules, la dulzura de su hablar pausado, la paz de su mirada y su bondad absoluta, termino por conquistarla… pero su amor incondicional, su abnegación inquebrantable y su absoluta devoción a Urayoan mantenían ese sentimiento atado en un rincón perdido de su ser.

Pero tanto respeto, honestidad y pureza de un sentimiento que sin tener vida debería quedar enterado ante la realidad que vivían, quedo empañado y manchado por el pecado.

Lemuel caminaba en el bosque en busca de una hierba la cual daba un té que ayudaba a calmar los nervios, a relajarse y aplacar el dolor, era sin duda el mejor medicamento para mucho de sus pacientes, pero para él, esa acción, ese preciso momento significaba la pérdida de sus alas.

Al final del camino del húmedo bosque había un riachuelo, Layla estaba tomando un baño buscando aplacar el calor intenso del luminoso Sol, nadaba y nadaba entre hojas y flores, se coloco una orquídea blanca en su oreja, su largo pelo pegado a su espalda por el agua, su piel cobriza estaba desnuda y su enorme y blanca sonrisa iluminaba el agua.

Lemuel estaba aterrado, nunca había sentido el deseo de la carne, el deseo puro, el deseo del sexo, la observaba oculto detrás de un enorme árbol. Su respiración se acelero, su corazón se agito, el sudor bañaba su frente y su piel se erizo, corrió hacia Layla, la tomo entre sus brazos y le hizo el amor entre el agua y una piedra, fue salvaje… fue brutal… fue deseo, simplemente amor…

Urayoan corría en bosque en busca de su amada, con una tenue y dulce sonrisa en su perfecta y fuerte cara, para al fin posar el beso en sus labios y regalarle una flor. A lo largo del camino se escuchaban los jadeos y tenues gritos de los amantes, Urayoan no tardo en darse cuenta que su esposa y el sacerdote compartían el pecado de la infidelidad y la lujuria. Atónito, perplejo y cegado por el odio, atrapo a Lemuel por la nuca automáticamente partiendo su cuello y a Layla la golpeo hasta que su cara quedo convertida en un charco de sangre y la muerte se la llevo.

Entre gritos de un desgarrador dolor, Urayoan entendió que había cegado la vida de su amada, la tomo en sus manos, la acurrucó en su pecho y ahogado por el llanto se suplicaba que volviera.

Su alma no tolero el peso de su delito… así que amarro de un árbol el cinturón del Fraile y silencio su vida.

El amor te arropa como una ola, te empuja como corriente, te besa como el Sol, te eleva en vuelo, te posa un beso, te roba dos suspiros, tres silencios, te vuelve estúpido y te engrandece…

viernes, 25 de junio de 2010

Odio enamorado...

Ella… tan exacta y sencilla, como siempre.

El… tan amable y cortes… tan cobarde.

Como cada mañana se topan de frente, en un frió pasillo color café.

Ella… y sus ojos enmarcados en una espesa y negra línea de pestañas, lo enfoca de frente y camina hacia el.

El… con un aire de cinismo e indeferencia todos los días finge no verla. Su cuerpo se tensa, la manzana de Adán se asoma, el sudor invade sus manos y un frió pesado le recorre de la cabeza a los pies.

Ella… se posa frente a el, tumba su cabeza hacia un lado y una tenue y dulce sonrisa se dibuja en sus labios, dejando escapar un triste y melancólico… Hola!

El… queriendo estrecharla en su brazos, oler su cuello, besar sus labios, sentirla cerca, decir lo siento, y alfin volver a tenerla… solo traga fuerte, respira hondo y en un susurro cínico dice… Que tal!

Ella… se voltea y continúa su caminar pausado.

El… cierra los ojos y en un suspiro suelta su impotencia, sus celos, su ira, su amor…

Ella y El…. recuerdo de un amor que no pudo ser, que ahora solo se cobija detrás de un manto hipócrita y mentiroso llamado “cortesía”.

Y yo como fiel espectadora que a diario se topa con tan triste y adorable capitulo, hoy traduzco ese ultimo suspiro, ese cínico Que tal!; hoy les muestro la continua batalla interior que El sostiene cada día antes de verla.

Va por ti amigo mío… por que eres la muestra intachable, la veracidad constante, de una triste y contundente verdad. Eres la ejemplicidad perfecta del sentimiento más latente, más cobarde, más inservible… el orgullo humano.

Y al toparme cada mañana con tan triste contexto, un suspiro de palabras se dibujó en una hoja de papel…

Y es así como nació esto…

Odio enamorado...

Callate boca, no lo menciones.

Callate ojo…ignoralo.

Callate mano, no lo busques.

Callate blusa, no te sueltes.

Callate sangre, no te detengas.

Callate aire, y sigue girando.

Callate pecho, que ya me dueles.

Callate cara, y mantente alta.

Callate labio, y sigue sonriendo.

Callate amor, que el ya se acerca
Y te juro que si te ve, !HOY SI, TE MATO!
Por que no voy a poder callar, al labio, la cara,el pecho,
el aire,la sangre, la blusa, la mano, el ojo, la boca
Y el maldito recuerdo gritara a cuatro vientos,
Que este odio enamorado sigue atado a su regazo.

viernes, 7 de mayo de 2010

Silencio…

Antiguas relaciones, pasado capítulos… a veces son vivencias, a veces notorios errores. Las comparo con enfermedades, una vez que te afectan activan tu mecanismo de defensa para crear anticuerpos que ayudan a repelerlas. Te predisponen, te anticipan, y poco a poco crean un escudo que protege tu piel, tu mente y con suerte tu corazón… se llama experiencia.

Sin duda un gran avance para la evolución de cada individuo… pero en días como este en donde hay bruma, un piso frió y un tazón de sopa, solo quieres que alguien bese tu nariz, te acurruque los pies y dibuje con su dedo en tu espalda. Y desearías tener la juventud y la inmadurez pasada, en donde solo observar una sonrisa te hacia latir el corazón a son de trote. Tus manos sudan, te tiemblas las piernas, tu boca se seca y un hoyo en tu estomago se dibuja. Esa inexperiencia que provocó en ti tanto daño y lagrimas, pero te dejo el más dulce de los recuerdos. Volver al tiempo en donde el amor era algo ligero y simple, como un beso de menta. Solo se dejaba llevar por impulsos, sin pensar en consecuencias, sin medir la cantidad de abrazos, besos y entrega.

Lo que la experiencia te da es seguridad y fortaleza, es una enorme maquina que aplana el camino por donde te dispongas a pasar, te regala unas hermosas botas para que camines con estabilidad y te dibuja una sonrisa en tu boca aunque haya tempestad. Te enseña a callar, a pensar, pero sobre todo a actuar. No te puede mostrar el futuro como bola de cristal, pero si te prepara para que nada te sorprenda y te pueda afectar.

Pero hoy por la melancolía del día, te muestro la otra cara de la experiencia; ella te quita la capacidad de confiar en las personas, te quita la capacidad de llorar, calla al corazón para q no hable sin pedir permiso a conciencia, y las ilusiones no les permite bailar. Te mantiene a la defensiva como presa que no quiere ser cazada y diversifica el amor en tantas ramas(“amigos con privilegios”, “trucos”, “jevos”) que pierde el total sentido.

En fin… te desensibiliza y convierte a la vida en blanca o negra evadiendo los grises y matices, con la excusa de que "es por tu bien", que" solo te esta protegiendo".

Te deja una mente con pura malicia, un alma escondida y a un corazón cobarde… así que juzga tú, si vale la pena conocerla.

Y es así como nació esto…

Silencio…

Con un nudo en la garganta
con el pecho abierto
con las manos arrestadas
con sueños desechos.

Con tu olor en mis labios
con tu amargo silencio
con un roto en mi alma
y en el cuerpo, un frió lento.

Y te odio por hacer esto
y te odio por no hacer nada
y te amo por esto
y te amo por nada.


Y en la antitesis que condenaste a mi vida,
nado buscando aliento
por que hoy te amo, mañana te odio
el jueves te extraño y el domingo te borro.

Y de este absurdo juego
de te quiero y no te quiero
solo quedara el recuerdo
de un cobarde silencio.

jueves, 22 de abril de 2010

Quiero...

Zapatos…. Mi única y abrumadora adicción. Recientemente acabo de conmemorar mi natalacion numero 23, era de esperarse que en una noche llena de estrellas, un clima perfecto de esos que solo se ven en el trópico y 3 amigas con un poder de convencimiento digo de agentes de CIA, me incitaran hacer lo que mejor se hace en el Caribe; bailar, tomar y reír. Ante esta irrevocable invitación, me dispuse a combinar perfectamente lo que seria mi atuendo con mis zapatos. Allí sentada delante de ellos, observando como poco a poco se apoderan de cajones y paredes, una afirmación me hizo desbocarme en una gran sonrisa…

¡ Si cada uno de estos zapatos hablaran… !

Comenzarían las sandalias, seguramente te contarían de aquel día en la playa en donde el alcohol, la risa y el baile provocaron una perdida de sentidos y con ellos mi balance, haciéndome caer, tragar y respirar arena, todo esto delante de un sapo(hombre) de hermosa sonrisa y ante unas amigas alcoholizadas que ni percataron mi súbita ausencia.

Mis tacones turquesa… te contarían de aquella noche en la prácticamente corrí el maratón San Blas… y todo para que un corazón que latía por mi no resultara herido al verme feliz y plena ante nueva compañía.

Y finalmente mis zapatitos de charol… esos te dirían como es el sabor de mis lágrimas, te contarían de la noche de un desplante conmemorable en el cual un corazón salio baliado, los sueños ultrajados y un alma latía a carne viva.

En fin… historia llenas de mágicos contextos, días llenos de un brillante Sol, días llenos de sofocantes lluvias, noches llenas de lentejuelas, noches embrigadas de nostalgia. Una vida llena de decepciones, alegrías, fracasos, grandes sonrisas y profundas lágrimas. Días y noches que narran una vida… la mía.

Y es así como nació esto…

Quiero…

Quiero tener tantas certezas como dudas…

Quiero conocer el mundo, No por historias o libros…
Sino por que mi piel haya sentido cada calor o cada frió.

Quiero tirarme a un vació…
Y sentir que la adrenalina invada mis pies, mi pecho y mi boca.

Quiero pasear en Paris…
Detener a un extraño y posar un beso en sus labios.

Quiero bailar…
Hasta que el cansancio me desplome en la arena.

Quiero encontrar al ser,
Que refute mis argumentos y me deje indefensa.

Quiero gritar hasta que mi voz se quiebre,
Escribir hasta que me falten manos,
Y soñar hasta que el cielo y el mar se unan…

Yo solo quiero que al llegar a casa…
cada uno de mis zapatos, tenga una historia que contar…

martes, 6 de abril de 2010

Recuerdame...

Era un día de esos en cual la rutina es la protagonista, nada de especial, dramático o contundente. Lo único fuera de contexto era la avería de mi carro que me obligó muy a mi pesar tomar el tren a la ciudad. Iba por el camino disfrutando de un buen libro, de esos rosas y con mucha azúcar que te ponen a soñar. A mi lado percibo un fuerte olor a alcoholado de esos con que se perfuman los señores de la tercera edad. Enojada por tan particular y penetrante olor, alzo mi mirada para ver el rostro de quien súbitamente interrumpió mi concentración y dejarle saber solo con un gesto que realmente su presencia me era insostenible.

Unos ojos azules rodeados de espesas pestañas negras que contrastaban grandemente con lo blanco de su cabeza, me enfocaron súbitamente. Tenía arrugas que rodeaban toda su cara y una gran sonrisa blanca con dientes que denotaban grandemente que no eran reales. Ese hombre de aproximadamente 75 años de edad abrió la boca para decirme lo que a mis 22 años ha sido el cumplido mas hermoso que alguien me ha dicho.

– Usted es radicalmente hermosa- concluyó.

El resto del camino lo pase totalmente fascinada por la historia de amor que vivió con su adorada esposa. Un amor tan fuerte que percibías la veracidad de su historia con solo ver como su cara se iluminaba al hablar de su Amanda. Recordaba el bolero que sonaba la radio cuando la vio por primera vez, cada lunar en su cara, su color y comida favorita, recordaba que cualquier enojo por profundo o fuerte que fuera se le borraba de la mente al regalarle tulipanes rojos, y hasta como y cuando sus ojos se cambiaban de verdes a grises dependiendo la ropa que tuviese o como el Sol alumbraba ese día. A ese hombre el amor se le salía por cada poro, a pesar de los largos años se notaba el profundo estado de idolatría que tenia por su amada.

El camino se me hizo muy corto y de repente mi parada llego, me levante súbitamente y me despedí del hombre de ojos azules y gran personalidad. Ya en la puerta solo pude decir…

-¡saludos a su adorada Amanda…!- a lo que el hombre contestó…

- salúdala tu misma, te esta observando desde el cielo, la perdí hace 10 años…-

La puerta se cerró, mis ojos se inundaron de lagrimas y no pude evitar una tristeza que me invadió todo el día.

Esa noche llegue a mi cama y una y otra vez soñaba con la dulzura de cada palabra y lo absolutamente devastador que seria perder a la razón que te da vida,; me levante de golpe y con una gran nostalgia las palabras se desramaban sobre el papel….

Y es así como nació esto…. Es la primera carta de Amanda a su amor…
(El hombre de ojos azules jamás dijo su nombre)

Recuerdame…

Cuando la lluvia caiga…
Recuerda cada martes bajo la lluvia de abril.

Cuando el Sol salga…
Recuerda la arena, el agua y la sal en mis labios.

Cuando el frió te arrope…
Recuerda la hoguera, el vino y el calor de mi cuerpo.

Cuando te tienten las lágrimas…
Recuerda mi sonrisa al burlarme de tus dedos.

Cuando me eches de menos…
Recuerda mi abrazo y como mi pecho tiembla al tenerte cerca.

Cuando sientas el viento…
Recuerda mis caricias bailando en tu cuerpo.

Y ni por un momento te atrevas a pensar que te olvide, por que soy yo, quien brinca en las nubes para que la lluvia te bañe y quien te habré un espacio en ellas para que sientas el Sol.

Solo recuerdame amor mío… por que acá arriba vivo colgando en una estrella, bailando en la luna y volando hacia el Sol.

Vivo esperándote, para hacerte el amor en una nube…

martes, 16 de febrero de 2010

Y…

No fue suficiente vivir,
Traicionándome en silencio por ti…

Una sublime canción que con delicadeza expresa la realidad clara y contundente.

Por varios años caminó a mi lado un sapo, pero el era “El Sapo”, ese que tu familia adora, tu amigos idolatran y con cual tu futuro de niña bien portada esta totalmente establecido y pinta de colores. Ese de cara perfecta, futuro brillante, con el cual te casas, compras una casas de dos pisos, una “van” familiar color negro, te pintas el pelo rubio, te haces ama de casa, tienes un niño y una niña,cada martes y jueves conduces a las clases de karate y de ballet con una sonrisa brillante y una blusa rosa abrochada hasta el cuello adornado con blancas perlas. Si… ellas, las que hacen galletas de postre para finalizar la cena, las adorables y perfectas damas, el ejemplo a seguir de cada joven.

Y el era ese sapo, ese que poco a poco, lentamente, toma pedazos de ti que son imperceptibles, pero un día te levantas y ya no eres un entero, si no fracciones de deseo ajenos impuestos en tu contexto.

Para que el brillara, yo apagaba mi luz, para que fuera grande, me hacia pequeña, para encajar en su mundo, deje de soñar…

Un día me mire al espejo y vi lo ridículo que se ven unas perlas si no hay un escote, y entendí que la vida no solo se basa en planes, futuro, o parejas, la vida es vida si vive, la vida es el camino, el trayecto, no el sitio o el momento al cual quieres llegar. Así que encendí mi luz, me hice gigante y como una gran lentejuela comencé a brillar…

Y es así como nació esto…

Y…

Y en tus ojos lagrimas,
Y en los míos burla,
Y el cinismo reinante
En mi paz absurda.

Y en tu pecho un hoyo,
Y en el mío escote,
Y tú aliento lento,
Y el mío a trote.

Y tus labios tiemblan,
Y los míos sonríen,
Y en tu boca sequía,
Y el oasis en la mía.

Y la barba se asoma
En tu cara inmaculada,
Y las pastillas para el sueño
Te hacen su carnada.

Y sueñas con mi cara,
Y sueñas con mi escote,
Y sueñas con mis manos,
Rozando toque a toque.

Y tu cuerpo entumecido
Por el dolor causado,
Y tus malas decisiones
Ahora te hacen su esclavo.

Y mi fe bailando,
Y la tuya en coma,
Y cada lágrima que botas
Lleva mi nombra en su boca.

Y resbalan por tu cuello,
Y resbalan por tu pecho,
Hacen surcos en tu estomago
Y terminan en tu sexo.


Y mi niño… me enseñases tú,
Si algún dolor te causo
Solo es el reflejo,
De tus actos.

Y yo que pase por esto,
Te digo que algún día cesara,
Pero vivirás con el dolor
De no saberme amar…

(Y hoy ya no me puedo mentir
Ahora entiendo bien porque a tu lado nunca fui feliz,
Es que tu único amor,era el tuyo por ti) (Paty Cantu)

miércoles, 10 de febrero de 2010

A veces desearía ser estúpida

Era un día de lluvia, de esos en que solo te apetece una rica sopa y la comodidad de una cama. Les confieso que son mis favoritos, el gris del cielo, la humedad del aire y el fresco viento, llenan el ambiente de misticismo, musa y una triste, pero latente belleza. Unos de esos días en cual el ser humano añora el contacto de otro, físico o intelectual, supongo que es biológico, pero en efecto, la lluvia, el frió y la humedad, despiertan sentimientos de nostalgia y melancolía en cada uno.

Una fuerte vibración de mi celular interrumpió abruptamente mi placido deleite que incluía mantecado, mi cama y “Sex and the city”, un sobre blanco en la pantalla indicaba un mensaje de texto, - por favor escúchame, solo deseo tu perdón… un café?- pase un minuto sin respirar, otro buscando aire y un tercero tratando de entender tan inverosímil situación. Era el sapo más venenoso que por mi estanque a pasado, ese que se desaparece llevándose con el, un pedazo de tu entraña, ese que por alguna razón pasan los años y aún recuerdas el dolor causado, ese sapo que alguna vez tuvimos o tendremos todos.

Creo que fue la curiosidad, la melancolía y un poco de estupidez, pero me encontré tomando un café. La conversación se resume a esto, el hablando sin recibir respuesta, mi mirada penetrante afectaba su concentración, su mirada vacilaba entre mis ojos, mis pechos y sus manos, y un mar de “lo siento”, “no fuiste tu, fui yo”, “no estaba preparado”, “fue el peor error de mi vida”, embriagaban el aire hasta hacerlo insoportable. Al fin su boca dejo de moverse, pero solo como preámbulo a su gran acto final… “JAMAS HE DEJADO DE AMARTE”.

Mi boca abandono su hermetismo, me encontré sonriendo y solo conteste
–a veces desearía ser estúpida -
me levante y al fin y al cabo cerré, la era más patética de mi vida.

Devuelta a mi cama, las palabras navegaban entre miles de sentimientos entrelazados con memorias, recuerdos, risas y llantos.

Y es así como nació esto…

A veces desearía ser estúpida,
Para poder ser ilusa,
Para ser la princesa,
Del reino que creas.

A veces desearía ser estúpida,
Para tener alma dócil,
Para tener como guía,
Tu mano sobre la mía.

A veces desearía ser estúpida,
Para vivir en el cuento,
De felicidad permanente,
Que ofreces en cada beso.

A veces desearía ser estúpida,
Para embriagarme de tu aliento,
Para vivir en tu pecho,
Y que me cuides los sueños.

A veces desearía ser estúpida,
Para creer en tus lágrimas,
Para aferrarme a tu espalda,
E ir donde vallas.

A veces desearía ser estúpida,
Para callar la inteligencia,
Que grita, palpita,
Y odia tu esencia.

A veces desearía ser estúpida,
Para creerte una palabra,
De la hipocresía constante,
Que te define y te enmarca.

Pero amigo… mi porciento de estupidez ya lo gaste contigo una vez,
Y ahora mi contexto se auto-define 100% LIBRE DE ESTUPIDEZ.

lunes, 1 de febrero de 2010

Vuela…

Junto a mi tazón azul de café, yacía mi habitual periódico. En una esquina marginada al torso del amplio papel, se encontraba lo único que valía la pena leer esa mañana de viernes. Decía que en la noche se vería la luna más grande de lo habitual, que seria redonda, enrojecida y brillante. A mi lado se encontraba mi adorada “Mama Yoya” la cual me dijo - “esa luna es capaz de agudizar las pasiones…, los celos te consumen, el amor se desborda y la pasión te asfixia” fueron sus sabias palabras.

Temprano en la noche ni el amor, ni la pasión se agudizó, pero unos celos me carcomían lenta y contundentemente, así que decidí darme una inyección de autoestima; llame a ese “Sapo” el cual nunca llamo pero se que siempre estará ahí para mi. Ese que por alguna razón no te gusta, pero no te disgusta, puedes ser el físico, la manera de comer o simplemente carencia de química. En mi caso eran la tres, pero de alguna manera me agrada y me hace sentir bien.

Luego de varias copas, le quite el plato para que no comiera, el alcohol produjo química y mi nublada vista comenzó a verlo guapo.
Con unos celos latentes, el olor a vino desbordándose en mi cuerpo y una pasión y deseo que me asfixiaba, salí corriendo de allí, antes de que pasara algo de lo que genuinamente se que me iba arrepentir. (No es de extrañarse por que el “Sapo” jamás me ha llamado, cosa que realmente no me interesa.)

Así que llegue a mi cama, mire por la ventana y ahí estaba, la maldita, brillante y adorable luna… y como un tenue susurro, las palabras se desbordaron solas sobre el papel.

Y es así, como nació esto…

Vuela…

Vuela, y aléjate de mí.

Vuela, y ya vete de aquí.

Vuela, llevándote el recuerdo.

Vuela, matando el silencio.

Vuela, y piérdete en el mar.

Vuela, que ya no aguanto más.

Vuela, demonio con alas.

Vuela, que me haces pecar.

Vuela maldita pasión, que traes el deseo tatuado en los ojos,
que traes la lujuria pegada en tu entorno,
y si me tocas la espalda, el cuello o el hombro,
no voy a poder detener este gozo.

lunes, 25 de enero de 2010

Soy

Tengo que dormir sintiendo la pared fría a mi lado, tengo q sentir tres almohadas, una en mi costado, una en mi cabeza y otra en mi regazo, el pelo no me puede rozar el cuello, pero si la cara, observo el negro cielo por la ventana y de alguna extraña forma un profundo sueño hace su entrada.

Tomo agua en vaso de vidrio, tomo leche en una copa, el café en un tazón azul y jamás lavo mi ropa. (me la lavan) Pero la más grande de mis rarezas es que una vez al mes, cuando todo es gris y la lluvia adorna al cielo, tomo sola en mi cuarto, generalmente vino barato con dos cubos de hielo y tres de recuerdos.

Se hacen presente sentimiento en exilio o al menos la memoria de ellos. Disfrutan de la libertad como convictos y de vez en cuando alguno intenta burlar el presidio y gritarle al mundo que fue real, que algún día existió.

Ese martes, “Melancolía” logró zafarse, (les cuento que hizo estragos) sobornó a “La Razón”, chantajeo a “Corazón” y toqueteo “El Alma”. Y en algún momento en la noche”Conciencia” logró apresarlo, pero no antes de que dejara sobre papel la huella de su delito.

Y es así como nació esto…

Soy...

Soy, el que te ve entre sueños
Soy, el que te arranca un beso
Soy, el que viola tu espacio
Soy, el que te amarra al pasado

Soy, tu pensamiento ahogado
Soy, tu secreto borracho
Soy, tu dolor desnudo
Soy, tu calor impuro

Soy, tu mayor fracaso
Soy, tu infierno pagano
Soy, el vació en tu pecho
Soy, el sabor de tu cuerpo

Soy, tu susurro de aliento
Soy, tu amargo silencio
Soy, el espacio en tu cama
Soy, el que tanto atacas

Soy, el que intentas matar
Soy, el que quieres borrar
Soy, el que te arranca 2 lagrimas
cada viernes al despertar

Soy el recuerdo que invade tus días,
cuando en noches de lluvia divaga tu mente,
y por 2 minutos y 22 segundos,
eres mía nuevamente.

lunes, 18 de enero de 2010

Utopía

Era una noche de un jueves cualquiera, de esas en las que el cielo esta totalmente despejado, las estrellas bailan y el mínimo zumbido de una rítmica tonada, te hace saltar de la cama.

Ringggg!!! Una llamada, una enigmática mujer fácilmente me convence de soltar mi pijama y sustituirla por una falda. Rubor en la cara, color en los labios y “la noche ya no es negra, es de lentejuelas”. Así siete amigas se encuentran en un plebeyo lugar donde no hay “martinis” ni copas, solo cerveza, una mesa sin una pata, siete imponente personalidades y un mundo de temas sin fin.

Como tema obligado se habla de moda, chismes, estudios, trabajos, sexo y sapos (hombres). Y si… sexo, la mujeres también hablamos de necesidades, peticiones y hasta dudas, en ocasiones es sencillo y trivial y en otras contundente y serio. En un mundo de patriarcas, machismo, en un país arraigado a tradiciones y “puritismo”, puede ser chocante y hasta incomodo que hable así, pero para mi es lo más natural del mundo y más aún, cuando solo es una gran realidad.

Y es así, como un gran tema formo contexto, narró historias, y creó poesía.

Esa primera vez… para unas un desastre, para otras inolvidables, para unas natural, para otras un acontecimiento fríamente calculado, para unas, arrepentimiento, para otras, experiencias… pero en algo concluimos todas, es un momento en la vida de una mujer el cual traza una línea, formula pautas, y te cambia tu existencia.

Y entre risas y cervezas… y entre ligue y baile… me vi observando a seis espectaculares mujeres delante de mi, siete diferentes mundo, siete historias, y con un mar de letras en mi mente, llegue a mi cama y comencé a escribir.

Y es así, como nació esto…

Utopía
Le diste esperanza a esta vida vaga.
Distes sabor al agua, color al aire,
olor al cielo, textura al alma.

Distes fe a una agnóstica,
diste curva a una recta,
distes fin al horizonte y brillo a lo invisible.

De momento lo inerte comenzó a bailar,
de momento, la lluvia era caliente,
el hielo tenia fuego y al Sol le pude tocar.

En un instante, tu cuerpo quemo mi templo,
en un instante, aturdiste mi intelecto,
bloqueaste los sentidos y sobornaste al pudor.

Mi botón se soltó,
tu camisa voló,
la pasión abrumó
y el pacto con el Diablo llego.

Lo intangible tuvo sentido,
la utopía se hizo real,
el aire no llegaba a los pulmones
y la sangre no dejaba de gritar.

Lo blanco se torno rosa,
las alas cayeron al suelo,
mi techo era tu cuerpo y tú suelo mi contexto.

viernes, 15 de enero de 2010

A mi Principe Azul...

Reír, llorar… sabor, dolor… locura, adicción… labios, sexo…
Rojo, blanco…

Son las primeras imágenes que mi mente formula ante la palabra amor. Un día pensando en como el tiempo pasa, en como los años se traducen en una cadena de hechos que enmarcan tu contexto y te definen como ser, me encontré de momento haciendo un recuento de cada sapo al que he besado. Risa, asco, añoró, deseo, fueron algunas de mis reacciones ante mi no muy larga, pero si colorida lista de sapos.

Desde bailarines con ínfulas de Michael Jackson ridículamente homofóbico y finalmente terminando siendo gay, hasta militares obsesionado con Rambo, he tenido…

Desde besos que te elevan cerca del cielo, de esos que te hacen perder el pudor y olvidar lo de señorita bien portada, para dejar salir tu lado completamente animal, tomando el total control de la situación para hacer y dejar que hagan lo que tenga que hacerse, hasta besos parecidos a la succión de una aspiradora y la textura de comerse una almeja, he tenido…

Al revivir tan pintorescos lapsos de mi vida, me doy cuenta de una contundente verdad, “no tengo ni idea de cómo será el hombre de mi vida” pero si se, definitivamente, el sapo que no debe ser.

Y es así como nació esto…

A mi Principe Azul...

Yo nunca he sido de esa clase de mujer,
de las que se toman pastillas por que la vida es cruel.

De las que se pasan la vida planificando su boda,
desde el color, la copa y hasta el mantel.

Siempre fui de las que se ven con un set negro,
perfume y cartera Chanel,
zapatos altos y reloj Cartier.

De las que tienen su apartamento a los 23,
2 maestrias a los 26, sueldo gigante a los 33.

De esas que no dependen de un beso, sino de cafe.
De esas que no dependen de una sonrisa, sino de la internet.

De esas que en vez de buscar un principe azul, quieren uno violeta.
De esas que en vez de buscar un caballero que las protega,
quieren un hombre con inteligencia.

Por eso al pasar por toda tu experiencia
afirmo que solo tengo mi esencia, que me
tumbaste pero no me aplastastes,
que ahora vengo con mucho mas brio y fuerza,
que simplemente ya no hay quien me detenga.

Y sabes que? por un momento lograstes confundirme,
pero tengo la seguridad que algun dia te vere,
y cuidado, mi principe, que en ese momento, tu cielo seran mis pies...