lunes, 1 de febrero de 2010

Vuela…

Junto a mi tazón azul de café, yacía mi habitual periódico. En una esquina marginada al torso del amplio papel, se encontraba lo único que valía la pena leer esa mañana de viernes. Decía que en la noche se vería la luna más grande de lo habitual, que seria redonda, enrojecida y brillante. A mi lado se encontraba mi adorada “Mama Yoya” la cual me dijo - “esa luna es capaz de agudizar las pasiones…, los celos te consumen, el amor se desborda y la pasión te asfixia” fueron sus sabias palabras.

Temprano en la noche ni el amor, ni la pasión se agudizó, pero unos celos me carcomían lenta y contundentemente, así que decidí darme una inyección de autoestima; llame a ese “Sapo” el cual nunca llamo pero se que siempre estará ahí para mi. Ese que por alguna razón no te gusta, pero no te disgusta, puedes ser el físico, la manera de comer o simplemente carencia de química. En mi caso eran la tres, pero de alguna manera me agrada y me hace sentir bien.

Luego de varias copas, le quite el plato para que no comiera, el alcohol produjo química y mi nublada vista comenzó a verlo guapo.
Con unos celos latentes, el olor a vino desbordándose en mi cuerpo y una pasión y deseo que me asfixiaba, salí corriendo de allí, antes de que pasara algo de lo que genuinamente se que me iba arrepentir. (No es de extrañarse por que el “Sapo” jamás me ha llamado, cosa que realmente no me interesa.)

Así que llegue a mi cama, mire por la ventana y ahí estaba, la maldita, brillante y adorable luna… y como un tenue susurro, las palabras se desbordaron solas sobre el papel.

Y es así, como nació esto…

Vuela…

Vuela, y aléjate de mí.

Vuela, y ya vete de aquí.

Vuela, llevándote el recuerdo.

Vuela, matando el silencio.

Vuela, y piérdete en el mar.

Vuela, que ya no aguanto más.

Vuela, demonio con alas.

Vuela, que me haces pecar.

Vuela maldita pasión, que traes el deseo tatuado en los ojos,
que traes la lujuria pegada en tu entorno,
y si me tocas la espalda, el cuello o el hombro,
no voy a poder detener este gozo.

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