lunes, 18 de enero de 2010

Utopía

Era una noche de un jueves cualquiera, de esas en las que el cielo esta totalmente despejado, las estrellas bailan y el mínimo zumbido de una rítmica tonada, te hace saltar de la cama.

Ringggg!!! Una llamada, una enigmática mujer fácilmente me convence de soltar mi pijama y sustituirla por una falda. Rubor en la cara, color en los labios y “la noche ya no es negra, es de lentejuelas”. Así siete amigas se encuentran en un plebeyo lugar donde no hay “martinis” ni copas, solo cerveza, una mesa sin una pata, siete imponente personalidades y un mundo de temas sin fin.

Como tema obligado se habla de moda, chismes, estudios, trabajos, sexo y sapos (hombres). Y si… sexo, la mujeres también hablamos de necesidades, peticiones y hasta dudas, en ocasiones es sencillo y trivial y en otras contundente y serio. En un mundo de patriarcas, machismo, en un país arraigado a tradiciones y “puritismo”, puede ser chocante y hasta incomodo que hable así, pero para mi es lo más natural del mundo y más aún, cuando solo es una gran realidad.

Y es así, como un gran tema formo contexto, narró historias, y creó poesía.

Esa primera vez… para unas un desastre, para otras inolvidables, para unas natural, para otras un acontecimiento fríamente calculado, para unas, arrepentimiento, para otras, experiencias… pero en algo concluimos todas, es un momento en la vida de una mujer el cual traza una línea, formula pautas, y te cambia tu existencia.

Y entre risas y cervezas… y entre ligue y baile… me vi observando a seis espectaculares mujeres delante de mi, siete diferentes mundo, siete historias, y con un mar de letras en mi mente, llegue a mi cama y comencé a escribir.

Y es así, como nació esto…

Utopía
Le diste esperanza a esta vida vaga.
Distes sabor al agua, color al aire,
olor al cielo, textura al alma.

Distes fe a una agnóstica,
diste curva a una recta,
distes fin al horizonte y brillo a lo invisible.

De momento lo inerte comenzó a bailar,
de momento, la lluvia era caliente,
el hielo tenia fuego y al Sol le pude tocar.

En un instante, tu cuerpo quemo mi templo,
en un instante, aturdiste mi intelecto,
bloqueaste los sentidos y sobornaste al pudor.

Mi botón se soltó,
tu camisa voló,
la pasión abrumó
y el pacto con el Diablo llego.

Lo intangible tuvo sentido,
la utopía se hizo real,
el aire no llegaba a los pulmones
y la sangre no dejaba de gritar.

Lo blanco se torno rosa,
las alas cayeron al suelo,
mi techo era tu cuerpo y tú suelo mi contexto.

3 comentarios: